Risa que roza el llanto.
Abrazo asfixiante que reconforta.
Sacrificio que vuelve la vida.
Locura sana.
Amor.
Los pacientes del hospital psiquiátrico de Aba Simeón saben que no deben aventurarse solos en medio de la noche por el pasillo 5º de la quinta planta del edificio y mucho menos acercarse a la habitación 5ª pues de allí nadie ha regresado y solo se escuchan sus lastimeras llamadas en el eco de la noche.
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